A veces estas
perdido, es común estarlo, le pasa a cualquiera. La cuestión esta en encontrar
el camino de vuelta. Es común en los seres humanos desviarse del rumbo,
olvidarse de quienes somos realmente, de nuestros sueños, nuestras
aspiraciones, nuestras creencias. Llegamos al punto de maldecir la propia vida
que nos dio todo; cuando la vida se trata de eso mismo: superar obstáculos. No
tendría sentido que todo fuera fácil y perfecto, perdería su sentido, la
adrenalina que nos mueve día a día. VIVIR YA NO TENDRÍA GRACIA. Es ante estas
tempestades cuando el espíritu debe levantarse y la esencia de nuestras almas
debe salir a la luz. Hay algo que nos distingue y es nuestro propio brillo:
afortunadamente, nadie es igual a nadie en este mundo, todos tenemos algo que
nos destaca, que nos hace especiales. Por eso cada ser esta destinado a mirar
su propio haz de claridad al final del túnel y seguir el camino que le
corresponde. Te hablo a vos ahora, que pensas que sos él/la única con
problemas. No estas solo. Nadie lo esta. Abrí tu mente. Permitite volar. Porque
el peor y único verdadero pecado en este mundo es no permitirse volar. Despegar
de tierra y sumergirse en el mundo de los sueños, el motor y el mejor alimento
del entusiasmo, del disfrute, de la felicidad. Una vez que entiendas las
reglas, podrás jugar el juego; y te vas a divertir, si lo jugas bien. Porque
venimos hasta acá para divertirnos al fin y al cabo. Y para dejar un rastro,
algo que diga que estuvimos, que fuimos alguien, que hicimos algo. El polvo que
lleva la brisa en algún momento tiene que hacerse arena, y esa arena piedra, la
piedra roca y esa roca montaña. Entonces cuando sea que pierdas la esperanza,
no pierdas la cabeza: mantene la calma, y sereno, busca en la estrellas: busca
esa estrella que te trajo hasta acá, y por la que seguirás avivando el fuego de
la llama que enciende lo más profundo de tu corazón.
borra y escribe
sábado, 23 de marzo de 2013
lunes, 18 de marzo de 2013
sábado, 16 de marzo de 2013
Como un sueño
Acercándose a la luz brillante. Quien
diría que lo que se dice ya está dicho y lo que no está por decirse: uno es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras. Llegando
al mismo punto pero dándole otra vuelta de tuerca, el secreto está en la mira,
hacia donde uno apunta y qué tan calibrado esta. Basta con creer en lo
increíble para creerse creíble y explotar. Es entonces cuando estalla la
cabeza, los huesos, los oídos; pero por sobre todo, la cabeza. Me sumerjo en
diamantes y nado todos los estilos que mi imaginación me permita. De a poco me voy haciendo impermeable al dolor y permeable al perfume azul que genera sonrisas, que transporta imágenes Ahora de repente es una colina verde, y un
árbol de hojas amarillas que espera en la cima. Lo camino por alrededor y miro
todo desde lo alto. Estoy flotando y nada me detiene. Nada más cómodo excepto
quizás el reposo de un banco de madera que le hace compañía al árbol. Se pasan
los días charlando hasta que un visitante como en este caso, interrumpe
desapercibidamente. Es otra mística la que se genera, es la propia del
lugar. No voy a esperar hasta otoño para ver las hojas caer, o a septiembre
para que todo florezca. Uso mi mente y todo se genera. Crece y decrece, pero
nunca muere. Acostado sobre el pasto. El cuerpo y la piel sienten la suavidad
de la hierba, la mente se desvela con el cielo. Aquel cielo turquesa que se peina
de nubes pasajeras: claras cuando quiero que sean claras y grises cuando quiero
que sean grises. Una cara se dibuja en la toma, así de la nada. Sonríe, alegre,
mostrando los dientes. Es hermosa. Apareció de la nada y lleva un vestido
verde. Nos sentamos en el banco. Una manzana cae de la copa. La tomo, friego,
ofrezco un mordisco. Ella es suave como la fruta. El roce de su mano me
transmite un calor que me conmueve. ¡Mierda! Parece un sueño. Reímos, pero
nunca se sabe por qué. Caemos, rodamos, nos agitamos. El día pasa pero no se
nota, el sol siempre está igual.
¿Me querés?
Quiero entrar en
tu edificio, quiero subir tu ascensor, abrir tu puerta, girar tu llave, invadir tu departamento.
Mirar por tu balcón, tomar de tu vaso, taparme con tu frazada, oler tu almohada,
mirar tu cuadro, reír de tu pintura, pintar con tu pincel, robar de tu
heladera. Mirarme a tu espejo, encender tu luz, apagarla... Llorar a carcajadas,
llorar con vos, mirarte, sentirte, respirarte. Tocarte pero por sobre todo
acariciarte. Quiero mirarte, horas y horas. Quiero mirar la hora en tu reloj y
el día en tu calendario. Quiero sanarte y quiero que me sanes. Quiero que amanezcamos
y amanecer con vos. Quiero estar de tu lado y que vos estés conmigo, a mi lado.
Quiero ver el sol salir, quiero que nos tapemos los ojos cuando salga. Cerrar
la cortina, volverla a abrir.
Quiero muchas cosas. Te quiero a vos.
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¿Me querés?
viernes, 15 de marzo de 2013
De repente se despertó. El lago nunca había resplandecido
como hoy. Dibujó su nombre sobre la arena. ¿Era acaso su destino? La rama se
arrastraba y sentía que esas letras no podían combinar mejor, toda su vida
había estado esperando este momento. Quizás lo suyo era escribir. Una secuela
de su infancia siempre le dejó ganas de expresarse. “Los artistas no se nacen,
se hacen” pensó. Esta excitación no podía no ser especial. ¿Pero se perdía de
algo? El mar… ¡Nunca algo le pareció más fascinante! Deseo de embarcarse y
zarpar. Algo tan real y tan irreal a la vez. Su parte favorita era la
combinación con la luna y se cuestionó si era parte de una alucinación. El reflejo era lo más
precioso que jamás haya visto. “Ella se lava la cara todas las noches”; rió
para si mismo. Estar solo en una isla atemoriza, pero la verdad es que se
siente grandioso. Él puede imaginar música, sin escucharla. Todos necesitamos
un momento para hablar con nosotros mismos, la vida no es un papel que vuela a
la deriva, sino un timón que nos puede llevar a lugares fantásticos. Es
gracioso en realidad; tantas cosas que creía y por las que luché hoy se
desvanecen, pero es parte de un crecer. Las visiones cambian así como las
filosofías. Uno va entendiendo el mundo o desentendiéndose con él. Es todo
bello, cualquier camino. Se puede sentir pero no se explica, esa vibración que
mueve el espíritu. Y pasa solo cuando uno siente que tiene todo por delante.
Cielo y tierra, todo me pertenece.
El suelo es sagrado cuando uno lo camina bien; y esos pasos
marcaban un ritmo andante. Respiró naturaleza, lloró hojas, sudó agua. Avanzar
por el camino hizo que su cabeza reflexionara mientras esquivaba obstáculos;
estaba solo, completamente solo. Podía saltar, correr, gritar, llorar, nadie
respondería, o al menos nadie que pueda entender. El océano se perdía y todo se
llenaba de árboles. Esto no podía ser mejor: perderse, reencontrarse, como un
sueño que nunca termina. Pensar en ella lo motiva, pero a la vez lo retrasa.
Esto no se trata de imágenes visuales, sino de sensaciones interiores. ERA
LIBRE. Esto no se consigue todos los días. Su alma puede reposar en paz hoy. No
necesitas drogas para estar drogado, si realmente lo intentas. El universo es
grande pero ciertas personas logran entender antes de morir lo pequeña que es
la clave del disfrutar, de la felicidad. ¡Subí esa montaña! ¡Cruza ese arroyo!
¡Monta esa ola! Nadie te manda ahora, sos el arquitecto de tu propio destino.
Quizás llegará el momento y finalmente pasará, quizás algún
día escape con ella. Mientras tanto esperaré… El verdadero amor espera.
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