sábado, 23 de marzo de 2013

Relato para el viajero perdido


 A veces estas perdido, es común estarlo, le pasa a cualquiera. La cuestión esta en encontrar el camino de vuelta. Es común en los seres humanos desviarse del rumbo, olvidarse de quienes somos realmente, de nuestros sueños, nuestras aspiraciones, nuestras creencias. Llegamos al punto de maldecir la propia vida que nos dio todo; cuando la vida se trata de eso mismo: superar obstáculos. No tendría sentido que todo fuera fácil y perfecto, perdería su sentido, la adrenalina que nos mueve día a día. VIVIR YA NO TENDRÍA GRACIA. Es ante estas tempestades cuando el espíritu debe levantarse y la esencia de nuestras almas debe salir a la luz. Hay algo que nos distingue y es nuestro propio brillo: afortunadamente, nadie es igual a nadie en este mundo, todos tenemos algo que nos destaca, que nos hace especiales. Por eso cada ser esta destinado a mirar su propio haz de claridad al final del túnel y seguir el camino que le corresponde. Te hablo a vos ahora, que pensas que sos él/la única con problemas. No estas solo. Nadie lo esta. Abrí tu mente. Permitite volar. Porque el peor y único verdadero pecado en este mundo es no permitirse volar. Despegar de tierra y sumergirse en el mundo de los sueños, el motor y el mejor alimento del entusiasmo, del disfrute, de la felicidad. Una vez que entiendas las reglas, podrás jugar el juego; y te vas a divertir, si lo jugas bien. Porque venimos hasta acá para divertirnos al fin y al cabo. Y para dejar un rastro, algo que diga que estuvimos, que fuimos alguien, que hicimos algo. El polvo que lleva la brisa en algún momento tiene que hacerse arena, y esa arena piedra, la piedra roca y esa roca montaña. Entonces cuando sea que pierdas la esperanza, no pierdas la cabeza: mantene la calma, y sereno, busca en la estrellas: busca esa estrella que te trajo hasta acá, y por la que seguirás avivando el fuego de la llama que enciende lo más profundo de tu corazón. 

lunes, 18 de marzo de 2013

El sentimiento y la conexión podrían perdurar o jamás volver, de todos modos nunca sería un adiós, sino un hasta siempre.

sábado, 16 de marzo de 2013

Como un sueño


Acercándose a la luz brillante. Quien diría que lo que se dice ya está dicho y lo que no está por decirse: uno es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras. Llegando al mismo punto pero dándole otra vuelta de tuerca, el secreto está en la mira, hacia donde uno apunta y qué tan calibrado esta. Basta con creer en lo increíble para creerse creíble y explotar. Es entonces cuando estalla la cabeza, los huesos, los oídos; pero por sobre todo, la cabeza. Me sumerjo en diamantes  y nado todos los estilos que mi imaginación me permita.  De a poco me voy haciendo impermeable al dolor y permeable al perfume azul que genera  sonrisas, que transporta imágenes  Ahora de repente es una colina verde, y un árbol de hojas amarillas que espera en la cima. Lo camino por alrededor y miro todo desde lo alto. Estoy flotando y nada me detiene. Nada más cómodo excepto quizás el reposo de un banco de madera que le hace compañía al árbol. Se pasan los días charlando hasta que un visitante como en este caso, interrumpe desapercibidamente.  Es otra mística la que se genera, es la propia del lugar. No voy a esperar hasta otoño para ver las hojas caer, o a septiembre para que todo florezca. Uso mi mente y todo se genera. Crece y decrece, pero nunca muere. Acostado sobre el pasto. El cuerpo y la piel sienten la suavidad de la hierba, la mente se desvela con el cielo. Aquel cielo turquesa que se peina de nubes pasajeras: claras cuando quiero que sean claras y grises cuando quiero que sean grises. Una cara se dibuja en la toma, así de la nada. Sonríe, alegre, mostrando los dientes. Es hermosa. Apareció de la nada y lleva un vestido verde. Nos sentamos en el banco. Una manzana cae de la copa. La tomo, friego, ofrezco un mordisco. Ella es suave como la fruta. El roce de su mano me transmite un calor que me conmueve. ¡Mierda! Parece un sueño. Reímos, pero nunca se sabe por qué. Caemos, rodamos, nos agitamos. El día pasa pero no se nota, el sol siempre está igual. 

¿Me querés?


Quiero entrar en tu edificio, quiero subir tu ascensor, abrir tu puerta, girar tu llave, invadir tu departamento. Mirar por tu balcón, tomar de tu vaso, taparme con tu frazada, oler tu almohada, mirar tu cuadro, reír de tu pintura, pintar con tu pincel, robar de tu heladera. Mirarme a tu espejo, encender tu luz, apagarla... Llorar a carcajadas, llorar con vos, mirarte, sentirte, respirarte. Tocarte pero por sobre todo acariciarte. Quiero mirarte, horas y horas. Quiero mirar la hora en tu reloj y el día en tu calendario. Quiero sanarte y quiero que me sanes. Quiero que amanezcamos y amanecer con vos. Quiero estar de tu lado y que vos estés conmigo, a mi lado. Quiero ver el sol salir, quiero que nos tapemos los ojos cuando salga. Cerrar la cortina, volverla a abrir.

Quiero muchas cosas. Te quiero a vos.
.
.
.
.
.
.
.
¿Me querés?

viernes, 15 de marzo de 2013


De repente se despertó. El lago nunca había resplandecido como hoy. Dibujó su nombre sobre la arena. ¿Era acaso su destino? La rama se arrastraba y sentía que esas letras no podían combinar mejor, toda su vida había estado esperando este momento. Quizás lo suyo era escribir. Una secuela de su infancia siempre le dejó ganas de expresarse. “Los artistas no se nacen, se hacen” pensó. Esta excitación no podía no ser especial. ¿Pero se perdía de algo? El mar… ¡Nunca algo le pareció más fascinante! Deseo de embarcarse y zarpar. Algo tan real y tan irreal a la vez. Su parte favorita era la combinación con la luna y se cuestionó si era parte de una alucinación. El reflejo era lo más precioso que jamás haya visto. “Ella se lava la cara todas las noches”; rió para si mismo. Estar solo en una isla atemoriza, pero la verdad es que se siente grandioso. Él puede imaginar música, sin escucharla. Todos necesitamos un momento para hablar con nosotros mismos, la vida no es un papel que vuela a la deriva, sino un timón que nos puede llevar a lugares fantásticos. Es gracioso en realidad; tantas cosas que creía y por las que luché hoy se desvanecen, pero es parte de un crecer. Las visiones cambian así como las filosofías. Uno va entendiendo el mundo o desentendiéndose con él. Es todo bello, cualquier camino. Se puede sentir pero no se explica, esa vibración que mueve el espíritu. Y pasa solo cuando uno siente que tiene todo por delante. Cielo y tierra, todo me pertenece.
El suelo es sagrado cuando uno lo camina bien; y esos pasos marcaban un ritmo andante. Respiró naturaleza, lloró hojas, sudó agua. Avanzar por el camino hizo que su cabeza reflexionara mientras esquivaba obstáculos; estaba solo, completamente solo. Podía saltar, correr, gritar, llorar, nadie respondería, o al menos nadie que pueda entender. El océano se perdía y todo se llenaba de árboles. Esto no podía ser mejor: perderse, reencontrarse, como un sueño que nunca termina. Pensar en ella lo motiva, pero a la vez lo retrasa. Esto no se trata de imágenes visuales, sino de sensaciones interiores. ERA LIBRE. Esto no se consigue todos los días. Su alma puede reposar en paz hoy. No necesitas drogas para estar drogado, si realmente lo intentas. El universo es grande pero ciertas personas logran entender antes de morir lo pequeña que es la clave del disfrutar, de la felicidad. ¡Subí esa montaña! ¡Cruza ese arroyo! ¡Monta esa ola! Nadie te manda ahora, sos el arquitecto de tu propio destino.
Quizás llegará el momento y finalmente pasará, quizás algún día escape con ella. Mientras tanto esperaré… El verdadero amor espera.